Y al final volví de mis aventureras vacaciones por Europa, y tal como era de esperarse, situaciones dignas del título de “anecdotas memorables” no faltaron!
Además del “Polaroid Tour” fotográfico por Londres, Nottingham y Paris junto a Mika, el día a día en la residencia estudiantil de Notts y los días de okupa en Londres (piso de Lorena mediante) dieron lugar a risas y discusiones filosóficas, a bromas y silencios, a cervezas y botellitas de Smirnoff, a trenes y canciones, a nueva gente y viejos conocidos, a la parisina torre Eiffel y a las locuras de siempre.
A continuación, algunos hechos que considero deben quedar registrados:

Everybody loves Argentina!: Fiesta de fin de año en Nottingham, junto a todos los estudiantes de Erasmus que andaban por Raleigh Park el 31 de diciembre. Con la excusa de un drinking game organizado por los holandeses, y gracias a una carta que me había tocado en suerte, hice que durante toda la noche (y mientras duró el juego) cada extranjero participante tuviera que gritar “I love Argentina!” antes de tomarse un trago de su bebida. De más está decir que fue un momento sublime el instante en el cual concebi la idea! jajaja
Confieso que me sentí un poco Napoleón al ver alemanes, holandeses, franceses, finlandeses y otros tantos forasteros teniendo que amar a mi país a la fuerza! Todavía hoy me saco el sombrero ante mi propia genialidad.

Meet Barney Gumble: También durante la fiesta de Año nuevo, tuve la oportunidad de conocer en persona a Barney, o mejor dicho, una Barney… Esta Barney mujer, mientras charlaba amenamente con algún invitado podía eructar como camionero de Dock Sud sin remordimiento alguno, dejando ecos que retumbaban en las paredes y una imagen grotesca/desagradable que dificilmente podré borrar de mi memoria.

“Any changeee? Spare changeee”: Mientras recorriamos las calles de Nottingham, los borrachos y homeless varios que deambulaban por ahí parece que tenían predilección por Yokito y no paraban de seguirlo y pedirle “spare changeee”! El colmo de la noche fue cuando un vago le quiso vender una camisa en plena calle, y otro vago muy borrachín nos cruzó 2 veces en diferentes calles y en las 2 ocasiones le fue a pedir unas £ibras a Yokito. Después de ésta persecución por monedas, en Londres le tuve que mostrar a Mika el episodio de South Park “The night of the living homeless”.

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Finalmente llegó la gira de Sabina & Serrat a Buenos Aires, y el viernes 14 estuve nuevamente ahí, como en cada concierto que el viejo Joaquín presenta en la Reina del Plata.

En esta ocasión, a diferencia del año pasado, la tormenta se anunció muchas veces durante toda la tarde, pero por la noche no se presentó y pude disfrutar junto con mi amiga Ximena (invitada a ultimo momento porque se bajaron mis hermanas) de un extenso recital, sin necesidad de escapar de una Bombonera inundada y pasada por agua.

Sobre el concierto en si, debo decir que se notaba muy producido, con escenografía, docenas de musicos, varias pantallas y efectos varios, pero a mi gusto sigue sin superar un recital de Sabina (a solas, con Pancho, Antonio y Olga Román) en el Gran Rex.
Se notaba claramente que la gran mayoria del público presente era mas seguidor de Joaquin que de Joan Manuel, y por lo tanto en los momentos del recital donde se cantaban las canciones de Serrat, el estadio parecia entrar en un largo letargo de hibernación, hasta que volvía a la vida con algún tema de Joaquin.
Lo positivo, ver aun a Joaquín con ganas de cantar, divirtiendose en el escenario a pesar de los años de conductor suicida que lleva encima.
Lo negativo, escuchar temazos sabineros como “Y sin embargo” o “A la orilla de la chimenea” a ritmo de Serrat, perdiendo el espiritu que los convirtió en pequeños altares de la poesía popular.

En fin… será que me he vuelto demasiado exigente con el pobre gallego… pero todavía me debe un verdadero concierto sabinero en el Gran Rex, antes de su retiro/jubilación/deceso. Estaré esperando.

Aunque ya estaba dando clases de consulta en la Facultad de Ingenieria hace más de un año, este ultimo cuatrimestre tuve por primera vez a mi cargo una catedra como dios manda, y pude vivir la experiencia universitaria desde el otro extremo del aula.

La materia en cuestion fue “Introduccion a las ciencias de la computación”, y tuve a mi cargo unos 20 alumnos. Me gustó mucho la experiencia, siempre había temas por dar, preguntas que pensar y responder, examenes que tomar, parciales que corregir, planillas que completar, etc, etc, etc.

No tuve que reprobar a ningún alumno, salvo los 2 o 3 que nunca se presentaron a rendir y abandonaron la materia…. y eso me dejó una espina…. habrán aprobado porque estudiaron y mis clases se entendian, o porque tomé examenes demasiado fáciles?

Voy a creer que fue merito de alumnos aplicados, asi no tengo que convivir con la sombra de haber sido un mal profesor. (Aunque con la informalidad con la que dicté las clases, más de uno se hubiera horrorizado de escuchar mis comentarios! jajajaj)

Ahora me queda empezar a tomar los examenes finales…. y corroborar si son buenos alumnos o no.

Sobre el final del libro “A pasos de cangrejo” de Umberto Eco, encontré ésta joyita de su autoría:

Recientemente un discípulo pensativo (como Critón) me preguntó: «Maestro, ¿cómo puede uno aproximarse bien a la muerte?». Yo le respondí que la única manera de prepararse para la muerte es convencerse de que todos los demás son gilipollas.

Ante el estupor de Critón le aclaré: «Mira —le dije—, ¿cómo puedes aproximarte a la muerte, aunque seas creyente, si piensas que, mientras tú mueres, jóvenes sumamente deseables de ambos sexos bailan en la discoteca divirtiéndose de lo lindo, ilustres científicos penetran los últimos misterios del cosmos, políticos incorruptibles están creando una sociedad mejor, diarios y televisiones se dedican a dar solamente noticias importantes, empresarios responsables se preocupan de que sus productos no degraden el medio ambiente y se dedican a restaurar una naturaleza de riachuelos potables, pendientes boscosas, cielos límpidos y serenos protegidos por el oportuno ozono, nubes suaves que destilan lluvias dulcísimas? El pensamiento de que, mientras suceden todas estas cosas maravillosas, tú te vas, resultaría insoportable.

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Cuando nos despediamos en Valencia no me lo imaginaba; creía que nos volveriamos a encontrar en algún incierto (y ciertamente distante) futuro en las calles de Buenos Aires.
Y sin embargo, el próximo reencuentro ya no es incierto ni distante: será en un mes en las tierras de Robin Hood!

Casi de la noche a la mañana, casi de insensato, casi de pura impulsividad… así surgió este viaje. Por lo visto, en ocasiones todo capitán ha de tirar la razón por borda, arriar las velas y dirigirse hacia la tempestad.

Será momento de perderse entre las calles de Nottingham y Londres, robarle mil polaroids al invierno inglés, hacer llamadas por celular, inventar nuevas excusas para decir “CHAN!”, batirse a duelo con el reloj para que no se lleve las horas y brindar por la distancia derrotada en cada cruce de caminos, en cada aeropuerto, en cada estación de tren.

Porque como siempre, sin timón ni timonel, ligeros de equipaje, los peces de ciudad seguimos siendo 2 caras de la misma pecera.

Mika, ya ves, le hemos perdido el respeto al Atlántico…. Nos estaremos viendo para festejar el año nuevo, salud!