Diciembre, sábado a la noche, calor insoportable en Buenos Aires. Sabina espera en el estadio de Boca, listo para dar su primer recital en la Bombonera. Una odisea acercarse al estadio, el transito está saturado mucho antes de llegar, y el reloj ya marca la hora de comenzar el show.
Pasando los vallados del estadio a toda velocidad, ya se escucha de fondo la primera canción de Joaquin, y esa es la señal de que estoy llegando tarde.
Acomodarse, encontrar el lugar y ubicarse, otra odisea. Las canciones van pasando, el cielo desafía a cada instante con una tormenta inminente. Con las primeras gotas de lluvia el publico se alivia del calor, y hace vibrar el estadio cantando los clásicos de Joaquín.
En la Bombonera se intuye un público realmente fiel y seguidor de Sabina, mil veces mejor que la platea ignorante de nariz respingada que lo habia ido a ver unos meses antes al Gran Rex por pura tendencia fashion.
Maternidad y paternidad: Olga Román ausente en el recital por reciente embarazo, y Sabina acusando a Panchito y Antonio de ser los padres de la criatura.
Las gotas dan paso al aguacero, y el aguacero es el preludio del vendaval que será el fin del recital de Sabina en Boca.
Como la estrella que brilla al limite antes de extinguirse, el último tema de Joaquin antes del diluvio letal fue el punto maximo del recital. El publico -decidido a mojarle la oreja a los dioses- no paró de cantar y saltar, alentando a seguir hasta el final.
Era casi como estar en un estadio viendo un partido de futbol, con el solo detalle de que todos los hinchas eran locales.
La aventura de salir de la cancha de Boca entre el agua y la inundación, el caos de transito y una ciudad colapsada por los caprichos de la naturaleza.
Llegar de regreso a casa hecho sopa, horas despues del abrupto fin del show. Una cronica que se hizo esperar mucho, y mis 9 calaveras de puntaje, que no llegaron a diez por el solo hecho de que muchas canciones se quedaron en las gargantas de Joaquin y su público por una maldita ruleta rusa.
Hasta la proxima cita, cuando otra gira lo traiga de vuelta a Buenos Aires.
Monthly Archives: December 2006
Amaral en el Ateneo
Y otra banda española subió al escenario de las buenas noches de Buenos Aires: en esta ocasión durante el mes de noviembre y en el teatro ND Ateneo, Amaral dió 2 conciertos para el publico argentino.
Voy a recordar que en realidad Amaral habia confirmado shows en Buenos Aires varios meses antes, pero subitamente tan solo 3 o 4 dias antes del concierto, la banda canceló la gira por Argentina, volviendo directo a España desde Colombia por una supuesta intoxicación (cocaina muy pura en Bogotá quizas? ) de la cantante, Eva Amaral.
Asi que en aquel momento tuve que ir de paseo por Ticketek para que me reintegraran el dinero de las entradas del show cancelado. En ese aspecto tengo que reconocer que los de Ticketek devolvieron automaticamente y sin objeciones el dinero de las plateas que en ese momento habia adquirido, e incluso previamente se habian comunicado telefonicamente para notificarme de la cancelacion del recital.
Pasaron los meses, y Amaral decidió volver a Buenos Aires y saldar la asignatura pendiente, ya sin intoxicaciones de por medio. Como buen tahur sabiniano aposté a doble o nada, y volví a sacar plateas para mi hermana Viviana y para mi. Debo decir que la banda esta vez no faltó a la cita y pudimos verlos desde la primera fila del teatro Ateneo.
Sobre el recital, algunos comentarios: impresionante el enorme tatuaje que tiene Eva en la espalda! Probablemente en algún video se haya notado, pero yo hasta que no lo vi con mis ojos no lo creí.
La Oreja de Van Gogh en el Luna Park
En agosto, la banda española La Oreja de Van Gogh pasó por Baires para presentar su último disco Guapa.
La cita fue en el Luna Park, y como ultimamente tengo afición por las voces de la mater España, fui a verlos junto a mi hermana mayor y un amigo mio de la UP.
Creo que fue mi primera visita al Luna, y lamentablemente debo decir que no es un lugar ideal para dar conciertos. Para ser sinceros, está muy lejos de ser un Gran Rex, un Coliseo o cualquier otro buen teatro porteño. Butacas que con toda la furia arañan el titulo de sillas mediocres y sin inclinación alguna, vendedores ambulantes vendiendo panchos y cocas en el medio del recital y otros tantos detalles similares, dejan bien en claro de que es un estadio con techo y nada más.
Al margen del Luna, la banda cometió el pecado de guardar todas sus canciones clásicas y conocidas para los bises, por lo cual durante la primer parte del show, la gente apenas si podia tararear o seguir alguna cancion. El hecho estaba tan latente que Amaia en un momento del show, con cierto enfado a cuestas, decidio ponerse a cantar sentada en un banquito y aclarando al publico que ella decidia sentarse porque la gente no colaboraba.
Aclaro: lo que dije no debe tomarse como critica, porque Amaia puso mucho carisma y energia durante todo el show, vistiendo un shortcito naranja y una remera blanca (que me hacian recordar al Diego en sus epocas del Napoli), pero que de todas formas transmitia ese aire de libertad y de naturalidad al espectaculo, como aquel que intenta decir "yo vengo a cantar, no vengo a desfilar moda!".
Seguridad en si misma ante todo, más allá de algún kilito de sobra.
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