Había una vez un hada en el bosque a la que no le gustaba dormir, y recorría el bosque buscando una manera de descansar y cerrar los ojos. Sin importar lo que intentase, ella no podía conciliar el sueño.
Un día el hada encontró un brujo gruñón en el bosque, y le contó su problema. El brujo, deseando demostrar el poder de sus artes ocultas, le dijo: “en mi libro de conjuros hay más de mil hechizos para hacerte dormir”, y así se decidió a probarlos hasta que el hada pudiese descansar.
Cada noche, el brujo y el hada se encontraban frente al fuego, y el brujo preparaba el conjuro. Y cada noche, el hechizo que intentaba no surtía efecto, y así iba tachando del libro cada pocima que había probado sin resultado.
Pasaron mil noches juntos, el brujo nunca dejaba de intentarlo, y el hada no dejaba de ir al encuentro. Ella ya no se preocupaba por dormir, queria seguir despierta a su lado.
Un día, despues de mil hechizos, el libro se terminó. El brujo, herido en su orgullo de mago, le dijo: “he fracasado, no pude lograr que puedas dormir y descansar”… y el hada, sonriente, le dijo “lograste mucho más que eso, me hiciste soñar”.
Dice la leyenda que esa noche, el brujo le contó un cuento de su infancia, y el hada se durmió en sus brazos. Sin hechizos, sin pocimas, sin conjuros…
Reconozco que luego de escribirlo y volverlo a leer, comprobé la gran semejanza con la canción de Rata Blanca “El hada y el mago”.
Digamos que fue una gran inspiración metalera, algo así como un tributo narrativo a Rata Blanca.